jueves, 25 de junio de 2009

EL VALOR DEL SUJETO PARA EL ESTADO


COMO SOMOS VISTOS

Si le debemos algo al Estado, es que nacimos, vivimos y morimos en forma similar todos, sin saber mucho lo que es la vida. Eso me recuerda "Matrix".

A todo estudiante de derecho le enseñan el Pacto Social, visto como un contrato tásito entre cada sujeto y el ente estatal, en virtud de tan peculiar contrato, sacrificamos libertades por el bien de todos, a cambio de ello este ente sin corazón ni alma nos impone restricciones a cambio de nuestro bienestar....y qué bienestar?... de qué me hablan?

Es que soy un desconformista y mi concepto de bienestar es un sueño, una fantasía, por que dice relación con mi íntimo deseo de tener una vida y entorno que me permita estar tranquilo y si se puede, ser feliz, aunque sea por un ratito.

Sea como sea, mi concepto de bienestar no creo que sea muy diferente al de todos. Pero lo triste de esto, es que no percibo ese interés del ente estatal, por que su cerebro tiene por neuronas a los políticos que cada mañana se sienten con ese íntimo sentimiento de que dirigen nuestras vidas. Si hasta se les ve con comportamientos arrogantes, típico de los antaño "patrones de fundo".

Estas seudo "neuronas" de la política nos tienen empantanados, por que parece que cada día mueren más, por que un calcinoma se encarga de matarlas, me refiero a los intereses económicos de unos pocos.

El estado, curiosamente nos ve como sujetos al final del plomo de albañil. Para quienes no conocen este instrumento, les cuento que es una pieza de metal pesado en forma de cono, que permite erigir una construcción a 90 grados de la linea de orizonte. Lo curioso de este "plomo", es que todo ese peso descansa en la punta que topa al suelo. Y el estado hace eso con nosotros, nos aplasta, nos oprime contra la base de todo y no nos deja crecer. El estado, en cambio, se fortalece de nosotros y decide a quienes reparte la torta... y que son siempre los mismos.

Si basta con ver que aún no se ven iniciativas reales del estado para erradicar la pobreza y la drogadicción. Este último flagelo es atacado, aparentemente, con la fuerza, pero lo que debe hacerse es prevenir su consumo, por que los que manejan el negocio, muchas veces están protegidos por funcionarios públicos, "neuronas" del estado también. Así nunca se derrotará ese ilegal negocio.

Podría seguir denunciando tantas cosas malas de esta forma en que nos ve el Estado, como por ejemplo, que ha considerado que hay que someter a mayor castigo al traficante que al homicida, cuando en el primer caso hablamos de un delito de peligro y que busca amparar el bien jurídico de la salud pública; mientras que el homicidio es un delito de resultado que busca proteger el bien jurídico Vida. Para qué decir más... sale más barato matar que traficar drogas. ese solo fenómeno de política criminal, me hace cuestionar mis esforzados años de estudio.

El estado nos engaña, no nos ampara, nos aplasta, cada día más saldremos a la calle temiéndole más al estado y a las decisiones de sus desacreditadas "neuronas", que a los sujetos de los cuales se supone que nos protege.

El estado es un rey y un juez, por que decide lo que todos nosotros debemos hacer, nos juzga y condena, pero debería ser doctor, psicólogo, ingeniero, arquitecto o abogado, por que debería solucionar nuestros problemas y necesidades, pero eso sí que es un sueño nuestro y no del estado, que no sueña, no se ilusiona ni siente como nosotros, sólo actúa frente a estímulos externos... sin importar si con eso nos daña.


No hay comentarios: