EL MEJOR REGALO DEL DÍA
Hoy me levanté temprano para concurrir a una audiencia y pude comprobar dos cosas: La primera es que es cierto el refrán que señala, "al que madruga, Dios lo ayuda"... y lo digo por que todo salió de maravillas, encontré a las personas que solucionarían los problemas recientes generados a mis clientes y todas esas personas andaban muy atentas y dispuestas a solucionarlos.
La segunda cosa es que el mejor regalo que tu siempre puedes dar y recibir, es una sincera sonrisa. Sí, algo tan simple, puede subirle el ánimo al más triste de los mortales. Aparentemente es simple y accesible regalar una sonrisa, pero en estos tiempos casi medievales para muchos, es un regalo costoso. Y es que cuesta sonreír si tienes problemas en casa, si tu hijo tiene malas juntas, o está enfermo, si tu esposa es infeliz y tu estás cesante o trabajas en lo que no te gusta o eres profesional y no puedes ejercer por que te falta un pituto. Podría enumerar muchos factores por el estilo. Luego recuerdo que las mejores sonrisas las he capturado de la gente más sencilla, de la abuelita agradecida que no se avergüenza de mostrar sus dientes algo ralos con el paso del tiempo, de la barrendera de supermercado que gana el sueldo mínimo, del privado de libertad por años, del niño que no sabe aún lo que es la vida. De todo esto puedo soñar con un mundo sonriente, regálame una sonrisa que es como un vostezo... se contagia inevitablemente y nos alegra el día, asi es que la próxima vez que te levantes y salgas a la calle... sonríe... y verás que estás colaborando con un mundo mejor, humanamente hablando.
Hoy me levanté temprano para concurrir a una audiencia y pude comprobar dos cosas: La primera es que es cierto el refrán que señala, "al que madruga, Dios lo ayuda"... y lo digo por que todo salió de maravillas, encontré a las personas que solucionarían los problemas recientes generados a mis clientes y todas esas personas andaban muy atentas y dispuestas a solucionarlos.
La segunda cosa es que el mejor regalo que tu siempre puedes dar y recibir, es una sincera sonrisa. Sí, algo tan simple, puede subirle el ánimo al más triste de los mortales. Aparentemente es simple y accesible regalar una sonrisa, pero en estos tiempos casi medievales para muchos, es un regalo costoso. Y es que cuesta sonreír si tienes problemas en casa, si tu hijo tiene malas juntas, o está enfermo, si tu esposa es infeliz y tu estás cesante o trabajas en lo que no te gusta o eres profesional y no puedes ejercer por que te falta un pituto. Podría enumerar muchos factores por el estilo. Luego recuerdo que las mejores sonrisas las he capturado de la gente más sencilla, de la abuelita agradecida que no se avergüenza de mostrar sus dientes algo ralos con el paso del tiempo, de la barrendera de supermercado que gana el sueldo mínimo, del privado de libertad por años, del niño que no sabe aún lo que es la vida. De todo esto puedo soñar con un mundo sonriente, regálame una sonrisa que es como un vostezo... se contagia inevitablemente y nos alegra el día, asi es que la próxima vez que te levantes y salgas a la calle... sonríe... y verás que estás colaborando con un mundo mejor, humanamente hablando.
2 comentarios:
uuuffff
te entiendo 100% pero espero sinceramente que nunca te llegues a descontrolar tanto como para darle sus buenos tatequietos a una jueza...
yo oquísimas veces he tenido que lidiar con carabineros, menos con jueces ni abogados... la verdad es que es un mundo completamente desconocido para mi...
Igual he tratado con personas que les da la prepo o lo peor, colegassss que una vez que están en un cargo se olvidan inmediatamente de como era la vida del simple colega y te caen con todo... eso sí que odiooooooooo
bueno y también porque pegarle a un mujer jamás será buenoooo....
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