domingo, 11 de enero de 2009

PUEBLO PERDIDO



TITULO 1º

BAJO LA SOMBRA DEL QUILLAYQUÉN

CAPITULO II

EL DILUVIO

Las estrellas han anunciado cambios tremendos. Los hombres semi vestidos lo han notado ya. Sus esperanzas de buenos tiempos, con abundancia y bienestar, augurios de partos exitosos y crecimiento de familias, se esfuman rápidamente. La tierra parece estar maldita, se inició la guerra, los dioses están molestos. Una gran tormenta se ha dejado caer en las tierras nuevas y el río cambia constantemente su curso. Varias aldeas agrarias han sucumbido ante la estrepitosa crecida del rio, La serpieste plateada no muestra aprecio, su loco caudal le ha hecho acreedor de un terrible apodo: "cachapoal", rio loco, que tragas familias enteras y no te calmas, que destruyes sembradíos y casas, es tu era, es tu tiempo.

Los hombres antaño confiaron en su generosa agua, montaron sus aldeas en su rivera, soñando con su amoroso cántico de olas frotando piedras. Hoy ya no quedan praderas seguras, toda la cuenca es suya, la inunda hasta hacerla desaparecer, desea ser dios, como el volcaán y el sol. El quillayquén ve a sus pies un enorme lago barroso, abre generoso sus brazos para acoger al ser vivo que desee su hogar, pero la gente se ha ido. Un siglo de silencio, de frios que calan huesos, de nubes eternas y sol esquivo. Ha nacido Coltauco, agua de renacuajos y ausencia humana. Las montañas reciben la noche con el eterno cantar de ranas que han iniciado su reinado en estos lejanos parajes. Quizas ellas con su armonioso canto logren calmar la furia del que se creyó dios en la tierra y quizo vivir solo, pero esa es faena larga, pasarán muchas lunas antes de que la diosa tierra recupere parte de su cuerpo con su valioso ejército de guerreros verdes.

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