lunes, 25 de agosto de 2008

CONFIAR... NO CONFIAR Y... DESCONFIAR DE PLANO


TRES ESTADOS DIFERENTES

"En la vida debemos saber con certeza, quienes están de nuestro lado, cuales son nuestros aliados, por que los amigos no existen". Esa frase se la escuché a un lector de "El arte de la guerra", antigua recopilación china que trata sobre estrategias militares. Entonces pensé que se trataba de alguien que hace una constante analogía entre la vida diaria y el arte de la guerra.

Con el tiempo he llegado a sentir que este sujeto no estaba tan equivocado, cuando tuve el desagrado de conocer a algunas personas que con poco esfuerzo te pueden colocar en una situación de defensa, tal cual si se tratara de una guerra. Ahí es donde te das cuenta que tu campestre actitud de confiar en todo el mundo es inapropiada a veces y hasta peligrosa.

Que "todo ladrón es desconfiado", como dice mi padre que le dijo el suyo, es cierto; mas, sería bueno descubrir muchas veces por que se desconfía tanto. Por lo general, buscando se encuentran muy potentes razones.

Sin perjuicio de todo, sabemos muy bien que la confianza es un estado emocional muy grato, casi comparable al amor, por eso es que su pérdida duele tanto y hasta te puede arrancar un sollozo.

En lo particular yo empiezo confiando, pero no confío en aquel que me la juega una vez. Luego termino desconfiando de plano del que no confía en mí y del que me hace daño. Por cierto son etapas de experiencia en tu vida que te hacen ser menos puro, menos entregado al resto. Pero siempre he dicho también, que nunca he podido desconfiar de alguién por lo que me hizo otro... y eso me mantiene tranquilo. A la larga sumando y restando, sólo desconfío de una persona que mejor no menciono y que estoy condenado a verla seguido... y no confío de los jueces, fiscales y ministros de corte, al igual que de los politicos y de los que llevan una placa o un arma con el consentimiento de la ley. Pero puedo decir que confío en el resto del mundo...que no dejan de ser pocos.

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