viernes, 4 de julio de 2008

DEL AMOR... AL ODIO!!!



UN REPROCHE AL DESTINO.

Del amor al odio hay un paso. Esa frase la conocemos desde chicos. Si los niños crecen hoy en día observando las conductas destructivas de sus padres. Celos, discusiones, peleas, violencia, desamor. Y qué absurdo destino el que nos toca vivir a los humanos a veces. Si todos sabemos que el amor es el combustible de la vida. Pero a veces ese amor dura poco o nada, por que cuando se va, es como el reflejo de la luna, osea, en cuanto la luna se oculta en el horizonte, su diàfano y hermoso reflejo desaparece y en la oscuridad de la noche pareciera que nunca estuvo allí con su inspirador reflejo. Con el amor pasa lo mismo... cuando se apodera de nuestras almas el desamor, luego viene a reemplazarlo el odio. El odio de parejas, el odio de los hijos a sus padres ausentes, el odio a haberte tocado una vida así.
En mi trabajo, el odio y los rencores se ven de cerca en cada estrado. Las mujeres lloran ante un juez para ganar un divorcio culposo o para mantener a su hijo bajo su protección y los hombres se retuercen en su silla y hasta creen que es bueno odiar con tanta furia para olvidar de una vez el poco amor que les queda por entregar a la mujer que no les deja ver a lo único que siempre les importará ya de esa relación... sus hijos.
No es mi idea tomar partido en algún bando, por que el interés superior del niño es lo que importa... y realmente el interés superior del niño, es darse cuenta desde pequeñito, que tiene dos manitos... una para coger la mano de su madre... y la otra para coger la mano de su padre. Lo demás, es puro egoísmo y los que engendramos un hijo debemos entenderlo bien, los hijos son lejos lo más importante en nuestras vidas... vivimos para ellos. El divorcio existe... pero no para tomarlo con liviandad... un hijo es amor puro, y sus padres deben ser el arbol que da abrigo y protección a ese amor, que debe ser una llama eterna en un mundo carente de ella que se muere precisamente por no tenerla.
He visto odio de hijos resentidos hacia padres que morirán lamentando el día en que los dejaron irse lejos por que no soportaban a su pareja. Caramba amigos míos... que cruel hay que ser para odiar a aquel ser con quien diste vida a tu tesoro de hijo... Y qué perverso hay que ser para además alejarlo de su vida, sólo por que tu así lo quieres.
Un hijo puede hacer que sus padres superen cualquier dificultad.

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