Desde siglos... desde que aparecimos en este planeta, las mujeres han intentado... y muchas veces conseguido, que nosotros los machos andemos a su ritmo. Para ello recurren a un sin número de técnicas, artilugios y juegos sicológicos que cada día más nos sorprenden, desde hacerse pasar por virgen, hasta ser una master en los artes amatorios. La verdad es que al principio eso resulta bien... pero el tiempo, el maldito tiempo, nos obliga a todos a ser lo que somos... y nada más... si montar un personaje es terriblemente estresante incluso para una fémina determinada a conseguir sus propósitos. Que fuerte resulta ser cuando el travieso amor se cruza en el camino de estos planes y manda todo al diablo... vaya problemática esa... todo parece deshonroso... y entonces surge la frase tan usada de que "todo vale en la guerra y el amor". Y sin duda es así... a quien no le ha pasado que trata de ser algo bueno cuando no se convence que es ya bueno con lo que tiene. Los deseos ocultos de la perfección personal que nos invaden de noche, cuando nos rendimos al esfuerzo diario, a todos nos persiguen, como sombra. Pero lo novedoso y patético de la sabiduria femenina es creer que nos engañan... válgame Dios si en el fondo lo que hacemos es dejarlas jugar...que se expresen... que muestren su originalidad, su cuento y ... eso si... el desenlace es nuestra prerrogativa... y si no les gusta, es por que su juego...al final... a nosotros no nos gustó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario