sábado, 31 de julio de 2010

PUEBLO PERDIDO


TITULO 4
SUJETOS DE AMOR, ODIO Y MUERTE
CAPÍTULO I

LA PARTERA

Sus pasos temblorosos casi no se sienten resbalando sobre el lodo. La lluvia hace el resto, con las ropas empapadas poco se siente y parece que el alma se la lleva el infierno, esta vez frío y oscuro, sin una amorosa luna que marque tenuemente el camino.

La mujer está desesperada, arrepentida quizás de haber llegado hasta aquellos lares, tan perdidos en el campo, entre bosques y matorrales de zarza... y tan lejanos a su corazón joven. Más pasos no se sienten, la respiración deja salir el vapor errante de sus labios fríos, sólo piensa una cosa:
-No!... no quiero morir aquí!.
Luego el silencio tras las escasas huellas, de pies descalzos, enlodados y muertos. La lluvia no cesa... y ahora la noche eterna de invierno, nos esconde un cadáver.

En el largo y recto camino que lleva al río, un cuerpo joven yace en la orilla. Un carretonero que se dirigía al bosque a buscar la carga de troncos de álamo la encontró tendida, sumergida en el barro, como confundida con la tierra plomiza del campo.

De dónde venía!... si allí no vive nadie, salvo doña Raque, que es la partera del pueblo, mujer respetada y querida por su oficio, tan impecablemente ejercido. De dónde venía esa hermosa joven, si nadie la había visto.

Los lugareños levantaron sus restos y las mujeres vecinas lavaron su cuerpo... nadie vino a reclamarla... nadie sabía de ella... nada.

Con el tiempo, algunas voces se alzaron, entre mitos y sospechas, muchos que pasaban de noche frente a la casa de la partera, contaron haber escuchado el llanto de un bebé recién nacido... pero no había parto ese día... ni ninguno de los siguientes días...

La partera envejeció pronto, sus canas fueron más precoces que su desprestigio. Con el tiempo ya se le temía, y por unas monedas, alguna mujer afligida a ella recurrían.

Un día lluvioso de invierno, la partera abandonó esta vida. La lloraron algunos seres queridos, otros prefirieron hacer vigilia y olvidaron comentarios y estigmas. Pero las almas de aquellos recién nacidos, siguieron dando su primer llanto al que pasaba... el mismo llanto que la partera les arrebatara un día.


5 comentarios:

Eva Magallanes dijo...

Me he imaginado a la Partera como a Doña Muerte y a ese pueblo perdido como al limbo de las almas que han sido arrebatadas de las manos del amor.
Me alegra encontrar a un compatriota humanista y desertor. Te dejo saludos fraternos.

UN MUNDO PARALELO dijo...

saludos y bienvenida a mi casablog amiga compatriota

Anne dijo...

Hola mi colega, amigo. . . . yo te siento mi amigo a la distancia. . . las parteras!!!, no podia faltar una en Pueblo Perdido. . . . . .es de las cosas, que ha ido desapareciendo. . . antes, se tenian los hijos en la casa. . . . sin tanto remilgo,sin tanta cosita. . . . .
Que bonito, es tu pueblo. . . . pero le falta algunos letrados, jajajjajajajjaj
Un cariño enormeeee, y gracias por haberme regalado tu amistad.-

el portero dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
el portero dijo...

jeje, Annita, se viene "El juez rural"...a propósito de letrados...
un abrazo para voz mi querida amiga y colega. A pesar de las distancias yo también te siento mi amiga y agradezco y quiero tu amistad.